
“-joni ya debes saber el valor que Dios te da.-dijo mientras ponía los libros sobre la mesa.”
“-Creo que todavía estas aferrada a tu propia imagen de ti misma. Siempre te estas disminuyendo, siempre estas a la defensiva.”
“Por supuesto steve tenia razón, Yo todavía observaba a la gente saludable y activa, disfrutando de la vida a mi alrededor. Con cualquiera de ellos que me comparaba salía perdiendo. ¡Hasta hubiera perdido si mi comparaba con un maniquí!”
“-Eso nos ocurre a todos si dejamos que la sociedad nos determine-Me explico steve mientras se sentaba en el banco del piano-Siempre perdemos cuando nos comparamos con las ideas y normas de algún otro. Y hay tantos modelos como personas existen. Tenemos que olvidarnos de lo que la gente dice o piensa y reconocer que la valoración de Dios es la única que importa.”
“Era verdad. Dios sabía que yo tenía brazos y piernas que no funcionaban. El sabía que aspecto tenía. Y ninguna de estas cosas realmente importaba. Lo que contaba era que yo era obra suya, creada a su propia imagen y el no había terminado aun conmigo (Efesios 2;10).”
"En los días sigientes, le agradecí a Dios por mi, sea lo que fuere en cuanto a mente, espiritu, personalidad…e incluso cuerpo. Le agradecí por el aspecto que tenia y por aquello que podía hacer y por lo que no podia hacer. A medida que lo hacia, la doctrina acerca de la soberanía de Dios contribuyo a que todo encajara perfectamente, como en un rompecabezas."
Joni Eareckson, Joni (autobiografia), Editorial vida, 1993. paginas 156-157.
No hay comentarios:
Publicar un comentario