“Padre, yo te confieso que deseo tu favor. Yo he vivido lo suficiente para saber que lo que realmente importa es la bendición y el favor del Dios todopoderoso. Tu palabra dice; “Si Dios es por nosotros, quien contra nosotros” (Rom 8:31) Yo se que tu quieres lo mejor para mi, tú nunca me tratas mal. Tú haces de mi vida algo extraordinario y maravilloso. Por eso escojo someterme a tu voluntad. Ayúdame Señor, líbrame de mi orgullo y rebelión y a vestirme de sumisión, gracia y paciencia en medio de mis dificultades. Ayúdame a vivir en obediencia a ti. Pido estas cosas en tu nombre.”
James Mcdonald
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