domingo, 22 de enero de 2012

Con paciencia esperé que el SEñOR me ayudara,
   y él se fijo en mí y oyó mi clamor.
 Me sacó del foso de desesperación,
   del lodo y del fango.
Puso mis pies sobre suelo firme
   y a medida que yo caminaba, me estabilizó.
 Me dio un canto nuevo para entonar,
   un himno de alabanza a nuestro Dios.
Muchos verán lo que él hizo y quedarán asombrados;
   pondrán su confianza en el SEñOR.-Salmo 40:1-3

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